domingo, 28 de diciembre de 2008

El pobre blog está de capa caída porque no le hace caso ni su autora. Pensará que no tengo nada que escribir pero la verdad es otra. Son tantas las ideas, los sentimientos y las ocurrencias varias que me resulta imposible seleccionar.

Estamos en Navidad. Hemos celebrado el 25 de diciembre y hoy 28 la fiesta de la Sagrada Familia. La familia me gusta desde pequeña; los primos y las primas , las tías y los tíos mas los maridos de unas y de otros. Y los novios de las tías solteras y una amiga que no era nada pero le llamábamos tía Rosa porque no tenía familia. Así se sentía querida y ocupaba un lugar en el mundo.

Crecimos tanto que algunos dejamos de vernos porque era imposible coincidir. Cualquier sitio se quedaba pequeño. Tampoco cabían los disgustos por maltrato, por infidelidad, por accidentes. "Los primos" pensábamos de otra forma. Unos se casaron dentro de la Iglesia católica, otros por "lo civil". Otros simplemente se lo arreglaron lo mejor posible. Las abuelas siguen haciendo de madres para los que no tienen su familia. La ropa, la comida, la plancha.

Miles de familias han celebrado en Madrid la fiesta de la Sagrada Familia. Yo he unido mi corazón y el pensamiento para alegrarme con ellos porque la familia me gusta. Me parece lo más entrañable de la tierra. Y los niños lo más bonito del mundo.

lurdes

martes, 25 de noviembre de 2008

El tiempo corre delante. Muchos planes se quedan en el camino. El tiempo corre, va mas deprisa. Las hojas caen lentamente o empujadas por el viento. Me gustaría multiplicar las energías ... Para terminar corriendo como el tiempo. Algo imposible, frustración inevitable. Y...

aquellas metas no sirven porque la gente ha cambiado demasiado. Los deseos cargados de voluntad buena o de poder han conseguido su objetivo. Son muchos los que han dejado de ser para convertirse en hojas de colores envidiables, pequeñas obras de arte que pocos contemplan. Porque son simplemente hojas. Pienso que tendré que hacer un trabajo de jardinero. Después las hojas volverán a la tierra.

Serán nutrientes de otra vida, serán renacer.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Ultimamente no me da tiempo de escuchar-leer-pensar. Todo corre muchísimo. Y cambia, y desaparece y vuelve a aparecer... Que la crisis atraviesa la miopía de Zapatero, que la reina ha dicho que la palabra matrimonio es para designar la unión de hombre y mujer, que la casa real dice que lo que dijo era inexacto, que los gays están enfadados, que de seguir así gritarán viva la república. Mientras tanto mirando a los rostros por encima en abstracción trilateral, la voz aterciopelada emite palabras lentas, cadenciosas, acariciadas por el micro y la luz. Debemos modificar lo modificable, de lo no modificable -aparentemente- se encargarán otros.Nosotros cumpliremos las promesas que hasta ahora solo nosotros hemos decidido asumir.El futuro está en nuestras manos. He dicho en nuestras manos, también digo t a m b i é n, en nuestros bolsos." Nadal el hombredeportistahonesto ha tenido que abandonar el master de París porque su cuerpo no respondía. El cansancio le llega a cualquiera... que trabaje mucho. El problema lo tienen los autónomos que suman horas y horas para sobrevivir. Si además de autónomas son mujeresmadres, entonces suman otro lote diario. Antes las mujeres trabajaban en el campo, les dijeron que tendrían lavadoras para olvidarse del lavadero municipal, le prometieron vivir mejor con la tecnología en su casa. Ahora no sabe si trabaja para los avances de su casa, para pagar el diesel y el garage y el seguro del coche y el recibo de la luz-teléfono-tarjetacorteinglés-tarjeta caja y el arreglo del suelo de la cocina. O trabaja para vivir, vivir tranquilamente. O vive para trabajar y asi poder vivir. Algo suena a falsete. Como los periodistas que hablan del libro de Pilar Urbano sin haberlo leído o ni siquiera visto. Dicen, comentan, excluyen, desaprueban... Yo lo he comprado. Se han agotado. Pilar Urbano es una gran periodista. La reina ha conocido a gente muy interesante.

sábado, 4 de octubre de 2008

sábado, 27 de septiembre de 2008

no quiero olvidarme: ¿Qué hay después de los juegos olímpico? ¿por qué ha dimitido Kelly? En España hay libertad porque se puede elegir entre pública, privada y concertada, ministra dixit.
Sin coches, sin teles y consolas, ¿Quién organiza el sistema de rescate?
He leído que un grupo de gente de distintas edades han practicado canibalismo comiendo fetos. Estremecedor, horrible; espantosamente feo. Sin embargo es cierto que puestos a ser caníbales comemos todo. Y puestos a pensar que los fetos son vísceras de madre las utilizamos para lo que nos interese o no nos interese nada. Es desagradable esta entrada por eso entre otros motivos no la publican ni la "ponen" en la tele . Tenemos bastante con el hombre malvado padre de sus nietos. Tal vez no les han contado que uno de los niños secuestrados cuando vió el cielo azul por primera vez en su vida le preguntó al policía si allí estaba Dios. Maldad e inocencia caminan juntas. Lo importante es distinguirlas. No es igual, no es igual. Aunque muchos digan que la vida tan pequeña no vale nada. Si valdrá que todos hemos sido así de pequeños, nuestra madre no lo sabía y ya estábamos en su vientre. Los que comieron los fetos eran gente del año 200 dC

viernes, 19 de septiembre de 2008

El curso ha empezado corriendo, como sucede estos últimos años. Corremos porque hay que cumplir los plazos, las normas, las ordenanzas, los decretos y finalmente la ley. Ese conjunto complejo carece de sentido; hay que cumplirlo porque lo mandan. No sabemos por qué ni para qué, dudamos de su eficacia, a veces es un sin sentido. Cada vez es más frecuente la explicación autoritaria. Es lógica la evolución: relativismo, dogmatismo, autoritarismo y tiranía. En la escuela falta el último escalón. Puede ser inminente por falta de inteligencia y por miedo a la crítica. Porque del cotilleo y la comidilla solamente se puede esperar eso.

Lurdes

sábado, 6 de septiembre de 2008

Casi dos meses sin escribir. El blog debe pensar que olvidé su existencia. Simplemente ha sido muy difícil utilizar un ordenador. Ahora me parece un lujo aunque el tiempo sigue siendo escaso.

Por eso voy al centro de la cuestión. Pienso que somo imbéciles. Está demostrado que podemos convivir con relativa paz. que sabemos ayudarnos en situaciones dramáticas y peligosa. Que sabemos organizar ciudades, olimpiadas. Que marcamos rutas aéreas con la misma naturalidad que los antiguos marcaban las tierras.



Si es posible convivir,¿ qué nos mueve a empeñarnos en hacer una sociedad fea? Escribo fea porque me parece horrible escuchar a mujeres y hombres defendiendo una ley para matar a los pequeños embriones de hombre o de mujer. Me parece horrible maltrartar a los animales. Una ley para destruir embriones, o fetos, o niños minúsculos me pare la destrucción de lo mas bello.



Si esa ley-no ley se aprobara, el parlamento español habría matado con lo mas bello el amor.



lurdesmonsoto

miércoles, 9 de julio de 2008

Pobre Presidente.
Zapatero gana Cinco mil euros. No lo pongo en duda. Lo que no sabemos es cuántos más hay que añadir .En principio cuando conocí a José Luis en su primera comparecencia como Secretario electo del PSOE, me pareció simpático, amable, sonriente. Nadie sabia lo que iba a suceder. Lo que yo sé, una mujer de ciudad pequeña, de comunidad autónoma inadvertida es que su sueldo sale muy caro. Durante cuatro años se ha dedicado a arrinconar, cuando no a romper y malvender. ¿Que cosas? las nuestras, las de todos los españoles que queremos vivir y dejar vivir. Por vivir entiendo trabajar para que nuestro país prospere y en especial para cuidar nuestra educación. Con perdón José Luis ,te has dedicado a tus cosas; no a las cosas de España. Se nota que en tu cabeza tienes muchas ideas que no son tuyas y que intentas venderlas como si lo fueran. Esas ideas,propias más bien de narrativa adolescente, son como grandes globos; colorido, vanguardia, modernidad (que se rompe de vieja), glamur, palabras y mas palabras, gestos de ricos de segunda generación. Con un pinchazo del globo que dan los residuos. España tendrá mas abortos, los emigrantes vendrán con residencia pero sin trabajo, las televisiones convertidas en espectáculo de esto último. Gentes que no dejan hablar masticando recuerdos que cada vez recuerda menos gente. Los estudiantes tienen becas y les falta deseo de ser estudiantes. Los institutos se van convirtiendo en centros de primaria sin comedor. El bachillerato apenas responde a ese nombre. Pregúnta a la ministra de educación las condiciones de los alumnos cuando llegan a la Universidad (de momento la escribo con mayúscula), y no es cuestión de parte de tu sueldo. Es gobernar.
Gobernar un país significa poner y buscar los medios para que esas personas que lo forman puedan vivir bien. Todas.Y se lleven bien con los demás. No algunas, no vale las unas contra las otras, no sirve parecer que se hace.
España tiene arreglo. Nos hemos arreglado demasiadas veces. Me pregunto si con cinco mil euros podrá hacer algo el presidente.


viernes, 4 de julio de 2008

eTestimonios: Me pregunto c�mo han sido capaces mis padres de llevar esta enfermedad, y no hay otra respuesta que el gran amor que se tienen

eTestimonios: Me pregunto c�mo han sido capaces mis padres de llevar esta enfermedad, y no hay otra respuesta que el gran amor que se tienen

Me emociona la decisión de tu padre: al darse cuenta de que perdía sus facultades confió su vida a Dios. ¡Que valor, que confianza! Últimamente me impresionan los niños abandonados tranquilamente, ajenos a cualquier inquietud, en los brazos de su madre, o en el cochecito para ellos inmenso. Recuerdo la Piedad de Miguel Ángel, ese amor fiel acogedor, destrozado por el dolor y fuerte, amor que salva. En la enfermedad de tu pedre veo la unión de la enfermedad con el dolor del enfermo y el de sus seres queridos. Es una amor que quema y duele. Y purifica. Y el beso no se cambia por nada porque es suyo, el de tu padre enfermo.

sábado, 28 de junio de 2008

Que los alumnos aprendan

Desconozco la manera de entrelazar estos hilos. Se terminan las clases , se entregan las notas después de evaluar bajo la amenaza del alumno que sabe que tiene derecho a que su examen lo revisen dos o más profesores del Departamento. Antes de escribir lo casi nada que sabe reivindica su aprobado al que opta por las buenas o por las malas.

El director dice en el claustro que hasta la última clase del último día el alumno puede aprobar. ¿Y puede suspender? Yo estoy de acuerdo. En ese caso hay que revisar la "evaluación continua". Posiblemente nos encontramos entre lo bueno y lo mejor. Lo importante no es cómo hagamos las evaluaciones, sino que los alumnos aprendan.

martes, 24 de junio de 2008

Hoy vienen los alumnos machacados por el calor de la noche más corta y más larga del año. El alcohol sigue haciendo de las suyas en el cerebro, en la mirada, en los ojos.

Son los últimos momentos en pupitres desarticulados para cuerpos desarticulados.

Don Quijote no tiene nada, la trama es aburrida, carece de interés cultural,

lunes, 19 de mayo de 2008

Por la libertad, por la educación.


No a la supresión de la asignatura de CTS

Me dirijo a ustedes con el objetivo de que se planteen lo que significa suprimir la asignatura de CTS (Ciencia, Tecnología y Sociedad) que se basa en reflexionar sobre las distintos ciencias, sobre la diversidad de relaciones entre ciencia y técnica y las dimensiones sociales que dicho proceso produce así como su incidencia en la existencia cotidiana. En mi opinión no han valorado los pensamientos de los alumnos, porque para mí y para mis compañeros la asignatura de CTS es muy importante debido a que nos aporta muchos valores nuevos de la sociedad. Esta asignatura nos ha hecho valorar más la tecnología que usamos y que es aportada por los avances científicos y en la sociedad a tener respeto a la gente y a valorar sus pensamientos. Además nos ha dado una visión humanista de la técnica (y la tecnología; esto es, de la técnica científicamente fundamentada) como proceso social capaz de transformar y moldear a la sociedad, pero que también se nutre de ella. Por otra parte decir que son contenidos como el planteamiento de la cuestión, la perspectiva histórica de la tecnología, la ciencia en su conjunto, las repercusiones sociales del desarrollo científico y técnico y el problema de la razón (el problema de la neutralidad científica y técnica y la situación del hombre en el mundo…) son temas que debería plantarse y saber todo el mundo y esta asignatura ayuda a que sea posible.
Razones que justifican una asignatura.


Argumentos de una alumna de 1º de Bachillerato, ha cursado la optativa Ciencia, tecnología y sociedad y no entiende que se elimine del plan de estudios.

martes, 13 de mayo de 2008

Nuestro centro, el IES (Instituto) Victorio Macho recibe a diario varios ejemplares gratuitos del Mundo y del ABC. Algunos profesores los utilizan en las clases como recurso pedagógico. La verdad es que el periódico es una fuente inagotable de conocimiento.Yo llevo más de treinta años trabajando con la prensa escrita y los periódicos me resultan familiares, a veces me parecen dóciles seres vivos dispuestos a servir para todo. Cuando hablan de Birmania nos llevan hasta el principio, nos plantean la contradicción de un país pobre que gasta muchísimo dinero de su escaso producto interior en compra de armas.Y nos enteramos de que cuatro de cada cinco jóvenes son soldados. Y de que el poder no les deja recibir ayuda del exterior.

Los periódicos del instituto son muy apreciados. Los que no se llevan a las clases se dejan en un banco. No queda ni uno. Es una suerte llegar a tiempo.También lo leen las madres, algunas abuelas, quizás algunos padres.

Como no hay prensa para todos recortamos lo mejor, lo que más les gusta, o lo más interesante, aquello que seguramente no saben, lo que les alucina, y algo,muy poco, sin pasarse, que les haga pensar. Y hacemos los corchos. En otro momento contaremos su historia.

Nuestros corchos están propegidos por el respeto de todos. Sin pintadas, sin borratajos.Algunos piden lo que les gusta.
Gracias al ABC y al Mundo

Lurdes mon soto




lunes, 12 de mayo de 2008

En la noche de la inteligencia todos los gatos son pardos.

He leído algunos textos de educación para la ciudadanía. Parecen guías para correctos ciudadanos del mundo. Respecto a la familia los jóvenes estudiantes de la ESO (educación secundaria obligatoria), encontrarán instrucciones sobre una realidad social basada en varias relaciones posibles; entre hombre y mujer, entre dos hombres o dos mujeres y aquellas opciones que la imaginación proponga y el cuerpo permita. Se neutraliza la insensatez afirmando que la base de la familia es la relación de paternidad filiación. Esa relación se puede lograr de muchos modos y maneras. Actualmente la ingeniería genética permite que una mujer de 60 años y un desconocido de otro continente tengan un hijo en Milán.

Es inaceptable que un Gobierno imponga sus ideas a los ciudadanos. Primero porque las impone, segundo porque son indecentes. Las editoriales no pueden hablar libremente de la familia natural basada en el amor entre un hombre y una mujer que se quieren y se comprometen a quererse toda su vida. Esa familia será una comunidad de amor construida entre todos. Los hijos aprenderán lo más importante para su vida; el amor, la libertad, el respeto, la autonomía, el pudor, el sacrificio, la tolerancia etc. Comprenderán que el amor hay que cuidarlo cada día, y hay que protegerlo con el perdón y la misericordia. Nada de esto les dicen los libros-guía-ciudadano-correcto porque la ideología oficial lo prohíbe. Les dicen que familia es cualquier unión porque todo es igualmente familia. Da lo mismo casarse con uno o una que unirse sin casarse o vivir-con sin unirse ni casarse, o vivir independientes con derecho a sexo, o volver a casarse después de descasarse. O unirse a solas consigo mismo que también da lo mismo. Pervertido el lenguaje podemos engañarnos y eliminar las diferencias (trasvase-traspaso-transferencia).En la noche de la inteligencia todos los gatos son pardos. Un texto se atreve a decir que el hombre y la mujer unidos en matrimonio por amor forman la familia. El Ministerio de Educación sin Ciencia, la señora Cabrera, prohíbe la difusión del libro y amenaza con multa. Esa es la libertad de pensamiento de la educación para la ciudadanía: no se puede decir lo que contradice la ideología de Zapatero y sus seguidores.

Yo pienso, porque tengo otras ideas, que las familias formadas por el matrimonio y sus hijos son un gran bien social, y aportan beneficios importantes por los que la sociedad debe tratarlas con cuidado y consideración. Los hijos de las familias son el futuro; llenarán los colegios, las universidades, los seminarios. Ellos serán los profesionales, los agentes de la economía. Es posible, cosas peores hemos visto, que por decir algo como esto se prohíba dar clase. A pesar de que esos hijos serán los que cuiden a las generaciones que ahora leemos el periódico o no queremos verlo porque nos duele tanta degradación.

Lourdes Álvarez de Mon

domingo, 4 de mayo de 2008

jueves, 24 de abril de 2008

Más allá de la violencia.

Estas palabras de la fotografía están escritas en una cruz hecha de hierros retorcidos de las Torres Gemelas.

martes, 22 de abril de 2008

lunes, 21 de abril de 2008

Escrito por Mary Ann Glendon recientemente nombrada Embajadora de los Esrados Unidos ante la Santa Sede.
27 OCTUBRE 2004
LA HORA DEL LAICO: UNA LLAMADA A DAR TESTIMONIO
[Publicado en «First Things», revista de religión y vida pública, en noviembre de 2002. Traducción al castellano realizada por los Servicios de Documentación Arvonet].
#026 ::Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia
por Mary Ann Glendon
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A lo largo del siglo XX, los líderes de la Iglesia Católica suplicaron con creciente urgencia a los hombres y mujeres laicos, que fueran católicos más activos en la sociedad y --desde el Concilio Vaticano II-- que se involucraran más en los asuntos de la Iglesia. Esas súplicas encontraron una cálida respuesta entre los católicos norteamericanos de los años treinta, cuarenta y cincuenta. Pero, a medida que los católicos ganaban en poder económico e influencia, el apostolado laico se resentía, mientras que las nuevas oportunidades para servir a la Iglesia institucional que daban vacías. No resulta sorprendente que Juan Pablo II, con su historial de estrecha colaboración con hombres y mujeres laicos, haga frecuentes referencias al laicado, equiparándolo con un «gigante dormido». Durante décadas, el gigante parecía perdido en el sueño profundo de un adolescente. Ahora que el «gigante dormido» comienza a despertarse --debido al alcance que han tenido en la prensa las conductas sex uales de algunos clérigos-- empieza a parecer que el gigante tiene la fe de un preadolescente. Tras una larga espera, ¿podría ser esta la hora del laico?
El resurgir reciente que se ha producido en organizaciones laicales sugiere que ha llegado el momento de analizar, debido a lo mucho que se ha avanzado en los últimos años tanto a nivel económico como a nivel social, qué es exactamente lo que han entendido los católicos estadounidenses sobre la vocación laical. ¿Están los aproximadamente 63 millones de católicos --y que representan más de un quinto de la población-- evangelizando la cultura, tal y como ha de hacer cada cristiano, o la cultura les está evangelizan do a ellos? Dado que muchas veces los poetas y novelistas nos ayudan a ver las cosas de una forma nueva y con más claridad, propongo acercamos a esta cuestión a través del prisma de un observador literario del mundo moderno.
El protagonista de «El hablador», de Mario Vargas Llosa, es, en realidad, no tanto una persona sino más bien un grupo, una tribu nómada que habita en la selva. Los extranjeros la conocen como «los machiguengas», pero ellos se llaman a sí mismos «la gente que anda». El lector nunca llega a encontrarse con los machiguengas cara a cara; sólo sabemos de ellos a través del narrador, que intenta averiguar si existen. Nos dice que, desde tiempos inmemoriales, las historias y tradiciones de «la gente que anda» fueron recordadas, enriquecidas y transmitidas de generación en generación por «habladores» las personas que les recuerdan su historia. Esta historia ayudaba a la tribu a mantener su propia identidad --a seguir andando--, pasara lo que pasase, a través de muchos cambios y crisis de todo tipo. Pero a medida que la selva fue cediendo terreno a la agricultura y a la industria, los Machiguengas se dispersaron. Durante un tiempo, sus «habladores» viajaban de un núcleo familiar a otr o; y así se mantenían unidos. Los «habladores» eran «la savia viva que circulaba y convertía a los Machiguengas en una sociedad, en un pueblo de personas interconectadas e interdependientes». Pero los antropólogos creen que los «habladores» murieron, que los Machiguengas fueron absorbidos por pueblos y ciudades, y que sus historias sobreviven sólo para entretener. El narrador piensa de manera distinta, y el drama de la novela viene dado por el esfuerzo que hace para ver si realmente es verdad que un extraño pelirrojo, con el fin de que no pierdan su historia y el conocimiento de quienes son, se ha convertido en el «hablador» de los Machiguengas.
Este problema --el problema de cómo gentes dispersas recuerdan quiénes son y, por tanto, lo que les hace ser personas-- es el que está en el centro de las dificultades con las que se enfrenta la Iglesia (que podría ser traducida como la «gente-llamada-a estar unida») en Estados Unidos. Los católicos se constituyen como personas en virtud de la Historia de la salvación del mundo, y parte de esta Historia requiere que sean activos en el mundo, diseminando la Buena Nueva allá donde estén. La «gente-llamada-a estar unida» está llamada a dar testimonio, y a seguir dando testimonio pase lo que pase, dentro y fuera de temporada. ¿Cómo han cumplido los católicos esa historia viva a través de las crisis, los cambios, las tentaciones y las oportunidades con las que se han encontrado en el territorio de misión que es Estados Unidos?
Desde el principio, los católicos que llegaron a América del Norte eran extranjeros en una tierra protestante. En el momento de la fundación, varios estados habían establecido iglesias protestantes. El congregacionalismo era, por ejemplo, la religión oficial en Massachusetts hasta 1833; y en muchas ciudades de Nueva Inglaterra, la casa de reunión congregacional era el lugar del gobierno de la ciudad, así como el lugar donde el domingo se rezaba. De todas maneras, cuando Alexis de Tocqueville hizo un estudio del panorama social norteamericano en 1831, predijo que los católicos florecerían ahí. La creciente presencia católica sería beneficiosa para el experimento de autogobierno de la joven nación porque --argumentaba-- su religión les hacía ser «la clase más democrática en Estados Unidos» ya que impone las mismas exigencias a todos, ricos y pobres, y permite a sus seguidores libertad para actuar en la esfera política.
El visitante francés, un hombre con visión de futuro, nunca sospechó que se estaba formando una tormenta en el mismo momento en el que escribía esas palabras. No supo detectar el anticatolicismo, que se fundiría con el nativismo y que eructaría en violencia a medida que los inmigrantes católicos llegaban de Europa en número cada vez mayor. En 1834, en Boston --la ciudad que se consideraba la más civilizada de América--, una multitud airada quemó completamente un convento de Ursulinas mientras la policía y los bomberos se limitaban a mirar cómo se destruía el edificio. Tres años más tarde, un grupo de pirómanos destrozó la mayor parte de zona irlandesa de la ciudad. A lo largo del país se repitieron atrocidades similares. Pero la creciente economía demandaba mano de obra barata, y los inmigrantes no hacían más que llegar desde Irlanda, Italia, Alemania, la parte francesa de Canadá y Europa del Este. A principios del siglo XX, con sus doce millones de miembros, la Iglesia Catól ica era la comunidad religiosa más numerosa y la que crecía con mayor rapidez.
Luchando por sobrevivir en un ambiente hostil, los católicos inmigrantes construyeron sus propios colegios, hospitales y universidades. Aprovechando la tendencia natural de los americanos a asociarse, formaron innumerables organizaciones fraternales, sociales, de caridad y profesionales. Los protestantes tenían a los masones y a la Estrella del Este, y los católicos a los Caballeros de Colón y a las Hijas de Isabel. Con gran esfuerzo y sacrificio, construyeron, en palabras del historiador Charles Monis, «un estado virtual dentro de otro estado para que los católicos pudieran vivir la mayor parte de sus vidas bajo el calor y la protección de instituciones católicas». Desde sus barrios en las ciudades del norte, los recién llegados se involucraron en procesos políticos democráticos para ganar poder político a nivel estatal y local. Pero cuando Al Smith, el gobernador católico de Nueva York, se presentó a las elecciones presidenciales de 1928, se desencadenaron demostraciones an ticatólicas virulentas. El hecho de que perdiera de manera tan estrepitosa reforzó, durante los años treinta, cuarenta y cincuenta, la sensación de falta de integración de los católicos.
Curiosamente, cuando los católicos estaban menos integrados en la sociedad fue en el periodo en el que eran más activos --como católicos-- en el mundo. En 1931, en el cuarenta aniversario de la histórica encíclica social Rerum Novarum, Pío XI pidió ayuda a los católicos para que hicieran de contrapeso a la transformación comunista o fascista de la sociedad. «Hoy en día --escribió en Quadragesimo Anno--, como más de una vez en la historia de la Iglesia, nos enfrentamos con un mundo que en gran medida ha vuelto a caer en el paganismo». Dijo a los fieles católicos que «deberían dejar de lado sus luchas internas» para que cada persona pudiera desempeñar su papel «en lo que sus talentos, poder y estado permitan». De manera pacífica, pero de una forma militante para «la renovación cristiana de la sociedad humana» los laicos deberían ser los «apóstoles principales e inmediatos» en esa lucha.
La respuesta de los católicos en Estados Unidos fue todo lo positiva que el Papa hubiera podido desear. Fueron instrumentos para romper la influencia comunista en el movimiento obrero, y convirtieron al Partido Demócrata del norte urbano en el partido de vecinos, de la familia y del trabajador.
El filósofo español Jorge Santayana, que fue profesor en Harvard a principios del siglo XX, estaba intrigado por el contraste que él percibía entre una cultura americana boyante y optimista y la antigua fe católica, con su «gran desilusión por este mundo y su poca ilusión por el siguiente». En 1934 escribió que los católicos en Estados Unidos no tenían conflictos con sus vecinos protestantes porque «sus religiones respectivas pasan entre ellos como asuntos familiares privados y sagrados sin implicaciones políticas». Si Santayana hubiera pasado menos tiempo en Cambridge (Massachusetts) y más en Boston, se habría dado cuenta de que el catolicismo de las comunidades urbanas de inmigrantes no era --en modo alguno-- un asunto «privado»; simplemente, estaba impregnado en los barrios.
Fueron esas décadas en que los católicos estuvieron profundamente involucrados, como católicos, en la parroquia, en el trabajo y en el barrio. También fue un tiempo en el que la «gente-llamada-a estar unida» tuvo la fortuna de contar con multitud de «hablado res». En los colegios parroquiales, en la Eucaristía y en sus devociones, y también alrededor de sus mesas de cocina, a los católicos se les recordaba constantemente quiénes eran, de dónde venían y cuál era su misión en el mundo.
Pero como san Pablo dijo a los corintios, «tal y como lo conocemos, el mundo pasa». A medida que los católicos escalaban peldaños sociales, cambiaron sus viejos barrios por casas en las afueras de las ciudades. Los padres empezaron a mandar a sus hijos a colegios públicos y a universidades no católicas. Las vocaciones religiosas decrecieron. La movilidad social y geográfica diseminó las comunidades católicas de memoria y de ayuda mutua-- con la misma fuerza con que la agricultura y la industria le comió terreno a la selva de los machiguengas. Con la llegada de los años sesenta, la nación dentro de una nación se había disuelto, y la diáspora había empezado.
La «gente-llamada-a estar unida» se embarcó en lo que Monis describe con acierto como «un proyecto peligroso de cortar su conexión entre la religión católica y la cultura (...) individualista, que había sido siempre la fuerza de su dinamismo, su atractivo y su poder». La transición quedó simbolizada en la elección como presidente de John F. Kennedy, un católico muy integrado, que igualaba a los nativos en el vigor de su denuncia de ayuda pública a colegios parroquiales. La elección de 1960 enseñó a los descendientes de inmigrantes que todas las puertas estaban abiertas para ellos, siempre y cuando no fueran demasiado católicos.
Dos años más tarde comenzó el Concilio Vaticano II, el esfuerzo histórico de la Iglesia por afrontar las dificultades de llevar el Evangelio a las estructuras, cada vez más secularizadas, del mundo moderno. Los padres del Concilio entendiendo que la cooperación con el laicado resultaba crucial, enviaron mensajes claros y contundentes a hombres y mujeres laicos, recordándoles que son la primera línea de defensa en la misión de la Iglesia en la sociedad, y que, ahí donde se encontraran, tenían que hacer todo lo posible por «consagrar el mundo a Dios».
Pero lo que sucedía en Estados Unidos y en otros países desarrollados hacía más difícil que nunca que el mensaje pudiera llegar. La rotura de amarras en el campo sexual, el incremento de familias separadas y la entrada masiva de madres con niños pequeños al mundo laboral constituyó un experimento social masivo, una revolución demográfica sin precedentes para la que ni la Iglesia ni las sociedades afectadas estaban preparadas.
En esos años turbulentos, los católicos sufrieron presiones para tratar su religión como un asunto absolutamente privado y para que adoptaran un catolicismo parcial destinado a elegir con qué partes de la doctrina se que daban y cuales rechazaban. Muchos de sus «habladores» --teólogos, educadores religiosos y el clero-- sucumbieron a la misma tentación. En este contexto, era difícil que las exigentes demandas del Concilio Vaticano II se escucharan. Por si eso fuera poco, los buenos mensajes llegaron, en multitud de ocasiones, distorsionados. En su sentido más importante, las cuestiones más difíciles de resolver de los años posconciliares fueron las que trataban sobre cómo de lejos podían ir los católicos en su adaptación a la cultura existente y seguir siendo católicos.
Aunque la sociedad se secularizaba a pasos agigantados, algunos elementos del protestantismo se mantuvieron tan o más fuertes que nunca: individualismo radical, intolerancia con los que opinaban de manera distinta (dirigida hacia la disidencia de los dogmas seculares que reemplazaron al cristianismo como sistema de creencias de muchos) y una hostilidad permanente hacia los católicos. Para el católico que progresaba, integrarse en esta cultura significó ceder a un anticatolicismo en un grado que hubiera sorprendido a nuestros antecesores inmigrantes.
Pero eso es lo que hicimos demasiados de nosotros. En los años setenta, Andrew Greeley observó que, «de todos los grupos minoritarios en este país, los católicos son los menos preocupados por sus propios derechos y los que menos conciencia tienen de la discriminación persistente y sistemática en las altas esferas del mundo corporativo e intelectual».
En esta observación, así como en los casos sobre abusos sexuales de menores y en el incremento de la subcultura homosexual entre el clero, el Padre Greeley estaba en lo cierto. Hasta que mi marido, que es judío, me hizo reflexionar sobre este tema, siento decir que soy un ejemplo de ello. En los años setenta --yo daba clase en la Facultad de Derecho de Boston College--, durante las vacaciones de verano, alguien quitó los crucifijos de las paredes. Aunque la mayoría de los miembros del profesorado éramos católicos y el decano era un sacerdote jesuita, ninguno protestó. Cuando se lo conté a mi marido, no se lo podía creer. Me dijo: «Qué os pasa a los católicos? Si alguien hubiera hecho algo parecido con los símbolos judíos, habría habido un escándalo. ¿Por qué los católicos aceptáis estas cosas?».
Ese fue un momento de cambio para mí. Empecé a preguntarme: ¿Por qué nosotros los católicos aceptamos este tipo de cosas? ¿Por qué les damos tan poca importancia a temas relacionados con la fe por los que nuestros antepasados hicieron tantos sacrificios?
En muchos casos, la contestación tiene su base en la necesidad de progresar y de ser aceptados. Pero para la mayoría de los católicos de la diáspora americana, creo que el problema es más profundo: ya no saben hablar sobre lo que creen o por qué creen. La «gente-llamada-a estar unida» ha perdido su identidad y no sabe a qué está llamada.
También parece que han perdido muchas cartas. Uno se pregunta: ¿Cuántos católicos laicos han leído cualquiera de las cartas que los Papas les han enviado a lo largo de los años?, ¿cuántos católicos saben dar una explicación lógica sobre temas elementales sobre lo que enseña la Iglesia en materias cercanas a ellos, como la Eucaristía o la sexualidad, o qué decir del apostolado laico? Si son pocos los que pueden hacerlo, no será por falta de comunicaciones desde Roma.
Construyendo sobre la Rerum Novarum y sobre Quadragesimo Anno, los padres del Concilio Vaticano II recordaron a los fieles laicos que es responsabilidad suya la de «evangelizar los sectores familiares, sociales, profesionales, culturales y de la vida política».
Estos han sido temas constantes en el pontificado de Juan Pablo II. En Sollicitudo Rei Socialis, por citar un ejemplo, renovó la llamada para un apostolado social, enfatizando «el papel preeminente» de los laicos en la protección de la dignidad de la persona, y pidiendo «tanto a hombres como a mujeres (...) que estuvieran convencidos (...) de sus respectivas responsabilidades, y para dar testimonio --por la forma en la que viven como personas y como familias, por el uso de sus recursos, por su actividad cívica, por su contribución en decisiones económicas y políticas, y por su compromiso personal, a proyectos nacionales e internacionales-- las medidas inspiradas por la solidaridad y el amor y la preferencia por los más pobres».
En 1995, en Baltimore, el Papa dejó muy claras las implicaciones de una vocación laica para los americanos contemporáneos: «Algunas veces, ser testigos de Cristo significa extraer de una cultura el sentido más completo de sus intenciones más nobles (...). En otras ocasiones, ser testigos de Cristo significa hacerle frente a esa cultura, especialmente cuando la verdad sobre la persona humana está bajo asalto».
Ahora que el «gigante dormido» está empezando a dar signos de recobrar su conciencia católica, la Iglesia va a tener que aceptar que el laicado más educado de la historia ha olvidado gran parte de su historia. Ha olvidado de dónde vino. Entre tanto, al igual que con todo movimiento emergente de masas, los activistas con ideas claras sobre dónde quieren ir quieren asegurarse de que secuestran la fuerza del gigante para sus propios fines. En los últimos meses, los católicos han oído llamadas muy generales, pero estridentes, para que se produzcan «reformas estructurales» destinadas a conseguir «poder para los laicos» y para obtener mayor participación laica en los «poderes de decisión» internos de la Iglesia. El doctor Scott Appleby, por ejemplo, les dijo a los obispos americanos en su reunión del pasado junio que «no exagero al decir que el futuro de la Iglesia en este país depende de que compartáis autoridad con los laicos».
También se ha hablado mucho sobre la necesidad de una Iglesia Católica estadounidense más independiente. «Dejad que Roma sea Roma indicó Appleby. Además, tenemos al gobernador Frank Keating, elegido por los obispos para presidir el National Review Board, y que, sorprendentemente, anunció en su primera conferencia de prensa que, con respecto al papel del laicado, «Martin Lutero --el dirigente de la reforma protestante-- tenía razón». The Voice of The Faith ful, la organización formada en 2002 por varios grupos de la burguesía de Boston, señala como su misión la de «facilitar una voz orante, atenta al espíritu, a través de la cual los fieles puedan participar activamente en el gobierno y dirección de la Iglesia Católica’ (Una no tiene más remedio que preguntarse qué espíritus han sido consultados cuando el dirigente de ese grupo presumió, con gran exaltación, en el Boston Globe, de que «la corriente principal católica en Estados Unidos, los sesenta y cuatro millones» hablaba a través de la convención de The Voice of the Faithful el pasado mes de julio).
Hasta la fecha, no hay signos de que ninguno de estos vocales tenga la sensación de que la labor principal de los Evangelios sea precisamente decirles a los cristianos lo que tienen que hacer en esta vida. Incluso el ya fallecido cardenal Basil Hume, que favoreció reformas en materias de Iglesia, hizo todo lo posible por alertar a un grupo reformador anterior, el Common Ground Initiative, contra «el peligro de concentrar demasiada vida dentro de la Iglesia»: «Sospecho --dijo en relación a la necesidad de evangelizar-- que es un truco del demonio para confundir a la gente de buena voluntad al liarles la cabeza en temas obtusos y difíciles con el fin de que se olviden de que el papel esencial de la Iglesia es evangelizar».
Al dejar fuera del cuadro la evangelización y el apostolado social, muchos laicos de prestigio están promoviendo algunos errores bastante básicos: que la mejor forma para que el laicado sea activo requiere estudiar términos de gobierno de la Iglesia; que la Iglesia y sus estructuras son equivalentes a agencias del gobierno o compañías privadas; que hay que mirar con desconfianza a la Iglesia y a sus ministros; y que la Iglesia necesita estar supervisada por reformadores seglares. Si esas actitudes toman cuerpo, harán que sea muy difícil para la Iglesia salir de esta crisis y progresar sin comprometer sus enseñanzas o su libertad para ejercer su misión, la cual está garantizada constitucionalmente.
Mucho de lo que se comenta en la calle refleja, simplemente, que, con el declive de las instituciones católicas, la experiencia real de apostolado laico ha desaparecido de la vida de la gran mayoría de los católicos --con la aceptación de que en la práctica ya hay una complementariedad entre las distintas actuaciones de los miembros del cuerpo místico de Cristo--. Es de sentido común el que la gran mayoría de nosotros, los laicos, estamos idealmente equipados para cumplir nuestra vocación en los lugares donde vivimos y trabajamos. Precisamente porque estamos presentes en todas las ocupaciones seglares que los padres del Concilio Vaticano II enfatizaron, nuestra «misión especial» para tomar una mayor parte activa, de acuerdo con nuestros talentos y conocimientos, en la explicación y defensa de los principios cristianos y en su aplicación a los problemas de nuestro tiempo. Juan Pablo II elaboró este tema en Christifideles Laici, donde señaló que esto será posible en sociedades secularizadas sólo «si los fieles saben cómo superar la separación existente entre el Evangelio y la realidad de sus vidas, para, una vez más, tomar en su vida diaria, en sus familias, su trabajo, y la sociedad en la que se desenvuelven una unidad de vida que se manifiesta por la inspiración y fuerza del Evangelio».
Esos son los mensajes principales de todas esas cartas que la mayoría de nosotros no ha leído o contestado. Y esos son los mensajes que están tan notablemente ausentes de los comunicados de los dirigentes de grupos laicos que se han formado en los últimos meses.
A medida que se fueron olvidando las experiencias del apostolado laico vivido, el ministerio laico --entendido como la actividad realizada por aquellos que proclaman las lecturas en la santa misa o ayudan a distribuir la comunión llevarían al cristianismo americano aquellas visiones mucho antes de que nos diéramos cuenta la mayoría de nosotros-- se expandió en los años posteriores al Concilio Vaticano II Por ello, no sorprende que muchos católicos piensen que la manera principal para ser activos como católicos es participar en la vida interna de la Iglesia. Da la sensación de que los que clamaban para este tipo de participación están asaltando una puerta abierta. La Iglesia lleva tiempo suplicando a hombres y mujeres laicos para que den un paso al frente y asuman posiciones a todos los niveles. Nadie debería quejarse, seamos claros, de que los obispos y sacerdotes sean reticentes a la hora de ceder puestos de responsabilidad a disidentes que quieren utilizar dichos puestos para cambiar enseñanzas básicas de la Iglesia.
Ningún buen pastor va a invitar a los lobos a cuidar su rebaño. Ni que decir tiene que la Iglesia deberá realizar reformas estructurales con el fin de ir más allá de la presente crisis, y muchas de las llamadas de reforma vienen de hombres y mujeres bien intencionados. La gran mayoría de los católicos está acertada y profundamente preocupada por las recientes revelaciones de abusos sexuales por parte de algunos miembros de el clero; quieren hacer algo para solucionar la tragedia que han traído los sacerdotes infieles; y se aferran a los eslóganes que hay en el aire. Pero los eslóganes sobre «reforma estructural» y «reparto de poder» tienen su propio origen. Personas de mayor edad y miembros de una generación de teorías fallidas --políticas, económicas y sexuales-- han saltado sobre la presente crisis como su última oportunidad para transformar el catolicismo americano en algo más compatible con el espíritu de la época de su juventud. Es, como apunta Michael Novak, su última o portunidad de ir a tirar el muro. Escritores del Sur como Flannery O’Connor y Walker Percy vieron adónde.
El antihéroe de la obra de O’Connor Wise Blood se ubica como un predicador de la Iglesia de Cristo Sin Cristo. La novela escrita en 1971 por Percy, Love in the Ruins, está ambientada en una época no muy lejana, cuando la Iglesia Católica se divide en tres partes: la Iglesia Patriótica, con sus oficinas principales en Cicero, Illinois, donde el himno nacional se toca en el momento de la elevación de la Sagrada Forma; la Iglesia Católica Reformada Holandesa, fundada por varios sacerdotes y monjas que se marcharon para casarse; y «lo que queda de la Iglesia Católica, un pequeño grupo esparcido geográficamente sin un lugar claro adonde ir». Aunque la realidad no ha llegado, afortunadamente, a este punto, hay que hacer notar que los temas más sobresalientes de los autonombrados portavoces durante la crisis de 2002 han ido en estas direcciones: el deseo de tener una Iglesia americana libre de autoridad jerárquica y el deseo de un magisterio a medida, libre de las duras enseñanzas e n relación al sexo y al matrimonio.
Entre tanto, al igual que el apóstol Pablo, Juan Pablo II sigue mandando esas cartas resistentes, recordándonos a los que con generosidad llama «fieles» que los cristianos no tienen que conformarse con el espíritu de los tiempos, que han de buscar lo que es bueno, gustoso y perfecto ante Dios. Por enésima vez, explica que «no es cuestión de inventar un programa nuevo. El programa ya existe: el plan es el que encontramos en el Evangelio y en la Tradición viva; es el mismo de siempre».
Cabría pensar que, como mínimo, estos mensajes los recogerían aquellos católicos cuya profesión es, precisamente, mediar entre las verdades que son «las de siempre y siempre nuevas» bajo condiciones sociales nuevas. Pero el hecho es que demasiados teólogos católicos, educados en facultades de Teología sin denominación alguna, han recibido poca base en su propia tradición. Demasiados materiales de educación religiosa están impregnados de rabia y fracasos por parte de quienes, en su día, fueron sacerdotes y monjas que trabajaron en editoriales religiosas porque su formación les permitía poco más. Y demasiados obispos y sacerdotes han dejado de predicar la Palabra de Dios en su contenido más pleno, incluidas las enseñanzas más difíciles de seguir en una sociedad hedonista y materialista.
El abandono de sus obligaciones por parte de demasiados habladores ha dejado a un número excesivo de padres de familia mal equipados para poder luchar con competidores más poderosos en la formación de las almas de sus hijos: los colegios gubernamentales (agresivamente seculares) y una industria del entretenimiento que disfruta enormemente eliminando cualquier trazo de catolicismo. No pretendo sugerir que los fallos de teólogos, educadores religiosos, obispos y sacerdotes excusen fallos en los laicos. Lo que sí quiero apuntar es que estamos en el principio de una monumental crisis de formación.
El Padre Richard John Neuhaus ha dicho que la crisis de la Iglesia Católica en 2002 tiene tres facetas: fidelidad, fidelidad y fidelidad. Tiene razón al enfatizar que la falta de fidelidad ha llevado a la Iglesia en Estados Unidos a una triste situación. Pero también hay que decir que estamos pagando el precio por otro desastre tridimensional: formación, formación y formación. Falta de formación de nuestros teólogos, de nuestros educadores religiosos y, por tanto, de padres y madres de familia.
Los altavoces de la cultura de la muerte han subido el volumen a la hora de explotar la debilidad de la Iglesia, que ha sido, consistentemente, su enemigo más poderoso y temido. Hace más o menos treinta años, aparecieron con uno de los eslóganes más destructivos jamás inventados: «Personalmente, estoy en contra de [aborto, el divorcio, la eutanasia ...], pero no puedo imponer mis opiniones a otros».
Este eslogan es la anestesia moral que ofrecen quienes están preocupados por la de cadencia moral, pero que no saben cómo exponer sus puntos de vista, especialmente en público. Sólo más recientemente algunos católicos, protestantes y judíos han dado un paso al frente para aclarar que, cuando en la vida pública los ciudadanos de una república democrática hacen comentarios religiosos basados en puntos de vista morales, no están imponiendo nada a nadie. Están proponiendo. Esto es lo que ha de ocurrir bajo nuestra forma de gobierno. Los ciudadanos proponen, dan razones, deliberan, votan. Es una doctrina siniestra la que intenta silenciar sólo los puntos de vista morales que tienen una base religiosa.
Pero la anestesia fue eficaz a la hora de silenciar el testimonio de innumerables hombres y mujeres de buena voluntad. Y, por supuesto, el eslogan fue un éxito para políticos cobardes y faltos de principios.
En este momento, la persona que, conocedora de que el analfabetismo en materia de fe ha sido siempre común, podría preguntar, «¿Por qué precisamente ahora hay urgencia para la formación?». La respuesta es que la escasa formación presenta un peligro especial, precisamente ahora, en una sociedad en la que los católicos han perdido gran parte de su apoyo, y en donde la educación en otras áreas es avanzada. Si la educación religiosa se queda atrás en relación con la educación secular a nivel general, los cristianos están perdidos en la defensa de sus creencias incluso ante sí mismos. Van a sentirse incapaces cuando se enfrenten a un secularismo y a un relativismo tan extendidos en nuestra cultura.
Resulta irónico, dada su rica herencia intelectual, que tantos católicos se sientan incapaces de responder incluso a las formas más simplistas del fundamentalismo secular que prevalece entre la clase con educación media. Tradicionalmente, ha sido una de las glorias de su fe que los católicos puedan dar razones para las posiciones morales que mantienen, razones accesibles a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, de otras creencias o de aquellos que no creen. Hace tiempo, santo Tomás de Aquino escribió: «Enseñad a aquellos que escuchan para que lleguen a un nivel de conocimiento de la verdad concebida. Aquí uno ha de apoyarse en argumentos que pongan a prueba las raíces de la verdad y hacer que las personas entiendan que lo que se les dice es verdad; de otra manera, si el maestro decide una cuestión simplemente por su autoridad, el que escucha (...) no adquirirá ningún conocimiento ni entendimiento y se marchará vacío».
Santo Tomás inspiró a Bartolomé de las Casas, que denunció la esclavitud y proclamó la humanidad completa de los aborígenes en el siglo XVI, sin apoyo directo de la Revelación, Y en la Universidad de Princeton, Robert George hace hoy lo mismo en su defensa filosófica de la vida humana desde el momento de su concepción hasta el momento de su muerte natural.
Recientemente, el Dr. John Haas, presidente del Centro de Bioética Católica Nacional, se reunió con un conocido científico que está involucrado en la clonación humana. En el transcurso de esa reunión, el científico le dijo a Haas que la formación que había recibido de pequeño había sido protestante evangélica, pero que hubo un momento en «el que supe que tenía que decidirme entre la religión y la ciencia, y opté por la ciencia» La respuesta del doctor Haas fue, obviamente, «pero si no tiene que elegir...». Y como buen evangelizador que es, comenzó a exponer las enseñanzas de Fides et Ratio. Una reunión de treinta minutos duró varias horas.
Juan Pablo II anima a los católicos a seguir ese tipo de ejemplos cuando dice en Novo Millennio Ineunte: «Para que el testimonio cristiano sea eficaz, especialmente en (...) áreas delicadas y controvertidas, es importante que se haga un esfuerzo especial para explicar bien las razones de la posición de la Iglesia, dejando muy claro que de lo que se trata no es de imponer una visión basada en la fe a los no creyentes, sino de interpretar y defender los valores centrales de la naturaleza de la persona».
Para explicar las razones, parece lógico, uno ha de conocerlas. «No tengáis miedo» no significa «No estéis preparados».
Ya es hora de que los católicos (no sólo en Estados Unidos) reconozcamos que hemos hecho poco caso a las obligaciones que tenemos en virtud de nuestra herencia intelectual, de la que somos custodios para futuras generaciones. La pregunta de por qué hemos fallado en mantener esa tradición en los acontecimientos humanos y científicos de nuestros días --como hizo santo Tomás en su momento-- es materia para otra ocasión. Baste decir ahora que, en el siglo XX, ese fue el proyecto de Bernard Lonergan y otros, pero que su trabajo ha tenido pocos adeptos. El diagnóstico de Andrew Greeley es duro: «El catolicismo estadounidense no intentó tener esperanza en el intelectualismo; más bien encontró el intelectualismo duro y decidió no intentarlo».
Quizá Greeley es demasiado severo, pero parece difícil no estar de acuerdo con el teólogo Frederick Lawrence cuando dice que «la actividad en la Iglesia en la esfera educativa no está dejando de manifiesto que la fuerza básica del cristianismo católico está en armonía con el intelectualismo más completo y, ni que decir tiene, que la vida intelectual es parte integral de la misión de la Iglesia». Lawrence va más allá cuando señala que «la Iglesia hoy necesita proclamar de manera clara y en voz alta que el entendimiento del orden natural del cosmos en las ciencias humanas y físicas, así como en filosofía y teología, es parte de apreciar el Verbo cósmico de Dios expresado en la Creación. Es parte intrínseca de la totalidad de la mente y el corazón católicos».
Los católicos estadounidenses necesitan volver a dedicarse al apostolado intelectual, no sólo para realizar la misión de la Iglesia, sino por un país al que, de manera peligrosa, parecen importarle poco los cimientos morales sobre los que dependen nuestras libertades. Tocqueville tenía razón cuando dijo que el catolicismo puede ser bueno para la democracia americana, pero que eso sólo puede ocurrir si el catolicismo es fiel a sí mismo.
¿Es posible que la actividad laical producida por los escándalos de 2002 sea el principio de una época de reforma auténtica y de renovación? Si uno tiene esperanza, se pueden divisar algunos signos positivos. Varias asociaciones laicales recientemente constituidas, por ejemplo, están formando grupos de estudio para leer documentos de la Iglesia, encíclicas y el Catecismo.
El signo más prometedor de que vienen tiempos mejores es la generación creciente de católicos jóvenes, que lo son sin mayores respetos humanos; y eso incluye a muchos sacerdotes, que han sido inspirados por la heroica vida y las enseñanzas de Juan Pablo II.
Entre tanto, el mundo tal y como lo conocemos, pasa. El panorama demográfico en Estados Unidos está siendo, una vez más, transformado por la inmigración, esta vez principalmente del Sur. La gran mayoría de estos recién llegados han sido formados en las culturas católicas de América Central, del Sur y del Caribe. Es verdad que muchos han olvidado su pasado pero, a pesar de ello, tienen una forma católica de ver la realidad, de mirar a la persona y a la sociedad. Con las tasas de natalidad actuales, Estados Unidos será el país con la tercera población católica más numerosa del mundo, después de Brasil y México.
En la primavera de 2002, mientras los miembros de The Voice of The Faithful debatían sobre la financiación de la Iglesia y su gobierno, los católicos latinos de Boston mantenían vigilias de oración para reafirmar la solidaridad de todos los miembros del cuerpo místico de Cristo --hombres y mujeres, ricos y pobres, clérigos y laicos y, sí, las víctimas y sus abusadores--.
Allá donde quiera que se encuentren los hijos e hijas de la diáspora católica estadounidense, un hecho es cierto: la «gente-llamada-a estar unida» busca el hilo conductor de su historia, aquello que les permita dar sentido a sus vidas. La mujer en el autobús que, ávidamente, lee en el periódico de la mañana su horóscopo, busca darle sentido a su vida; el profesor que idolatra esta u otra ideología, busca un credo, un porqué y para qué vivir.
Las encuestas de opinión que nos dicen que la mayoría de los americanos creemos que el país vive en un declive moral, no sienten que puedan «imponer» su moralidad a otros y justifican esta conclusión que aflige a la gente de buena voluntad en momentos en que «a los mejores les falta convicción, mientras que los peores están llenos de pasión».
¿Que pasaría si los fieles católicos de la diáspora recordaran y abrazaran la herencia que les pertenece? ¿Que pasaría si volviéramos a descubrir lo novedoso de nuestra fe y su poder para juzgar la cultura que nos rodea? ¡Menudo despertar tendría el «gigante dormido»! A Juan Pablo II le gusta repetir a los jóvenes: « sois lo que deberíais ser --es decir, si vivís vuestro cristianismo sin condiciones--, encenderíais el mundo!».
¿Es un sueño pensar que, a pesar de estar dispersos, la «gente-llamada-a estar unida» podría redescubrir la novedad dinámica de su fe? Los miembros de las grandes organizaciones laicas de la Iglesia piensan que no. Aunque la movilidad ha aguado la vitalidad de muchas parroquias, ha habido un gran crecimiento --principalmente, fuera de Estados Unidos por ahora-- de asociaciones laicales, programas de formación y movimientos eclesiales. Estos grupos, tan variados en sus carismas, tan ricos en contadores de historias, están facilitando un camino para que los católicos estén en contacto unos con otros y con su tradición bajo condiciones de diáspora. Juan Pablo II ha reconocido los grandes éxitos de estos grupos en el área de formación y ha animado a sus hermanos en el episcopado y a los sacerdotes a que aprovechen en su totalidad el potencial que tienen para la renovación personal y eclesial.
Hasta hace poco, al igual que la mayoría de los católicos estadounidenses, mi conocimiento del número y de la variedad de estos movimientos era relativamente limitado. Fue a raíz de servir en el Consejo Pontificio de Laicos cuando he podido conocer grupos como Comunión y Liberación, la Comunidad de San Egidio, Foccolare, el Camino Neo-Catecumenal, Opus Dei y Regnum Christi, y conocer a muchos de sus dirigentes y de sus miembros. ¡Menudo contraste entre estos grupos que trabajan en armonía con la Iglesia y organizaciones que definen sus objetivos en términos de poder! No sorprende a nadie que cuanto más fieles y vibrantes son las grandes organizaciones laicales, más son atacadas por sus disidentes y aquellos que están en contra de los católicos. Pero los ataques no parecen importarles, ya que saben quiénes son y adónde van.
Finalmente, una de las grandes bendiciones de tener un Papado y un Magisterio es que nos aseguran que la historia de la «gente-llamada-a-estar-unida» se preservará, incluso en los momentos más difíciles.
En «El hablador» de Vargas Llosa, un extranjero visita a los machiguengas dispersos, un hombre que está tan enamorado de la «gente-que-anda» y de sus historias, que se convierte en su «hablador». Pasa mucho tiempo en la carretera, viajando de familia en familia, llevando noticias de un lugar a otro, «recordando a cada miembro de la tribu que los demás están vivos, que, a pesar de las grandes distancias que los separan, aún forman una comunidad, comparten una tradición y creencias, antepasados, tristezas y alegrías». Entre las muchas razones para alegrarse del largo pontificado de Juan Pablo II es que, al igual que los «habladores» más extraordinarios, ha sabido mantener la historia de su gente radiantemente viva, llevándola a todos los rincones de la tierra en uno de los momentos más oscuros de la humanidad.
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PHILOSOPHIÆ NATURALIS PRINCIPIA MATHEMATICA
AUCTORE ISAACO NEWTONO, EQ. AUR.
Editio tertia aucta et emendata
Londini: apud Guil. & Joh. Innys, Regiæ Societatis typographos
MDCCXXVI
[pp. 387 usque ad 389]

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REGULÆ PHILOSOPHANDI
Regula I Causas rerum naturalium non plures admitti debere, quam quæ & veræ sint & earum phænomenis explicandis sufficiant.
Dicunt utique philosophi: Natura nihil agit frustra, & frustra sit per plura quod fieri potest per pauciora. Natura enim simplex est & rerum causis superfluis non luxuriat.

Regula II
Ideoque effectum naturalium ejusdem generis eædem assignandæ sunt causæ, quatenus fieri potest.
Uti respirationis in homine & in bestia; descensus lapidum in Europa & in America; lucis in igne culinari & in sole; reflexionis lucis in terra & in planetis.
Regula III
Qualitates corporum quæ intendi & remitti nequeunt, quæque corporibus omnibus competunt in quibus experimenta instituere licet, pro qualitatibus corporum universorum habendæ sunt.
Nam qualitates corporum non nisi per experimenta innotescunt, ideoque generales statuendæ sunt quotquot cum experimentis generaliter quadrant; & quæ minui non possunt, non possunt auferri. Certe contra experimentorum tenorem somnia temere confingenda non sunt, nec a naturæ analogia recedendum est, cum ea simplex esse soleat & sibi semper consona. Extensio corporum non nisi per sensus innotescit, nec in omnibus sentitur: sed quia sensibilibus omnibus competit, de universis affirmatur. Corpora plura dura esse experimur. Oritur autem durities totius a duritie partium, & inde non horum tantum corporum quæ sentiuntur, sed aliorum etiam omnium particulas indivisas esse duras merito concludimus. Corpora omnia impenetrabilia esse non ratione sed sensu colligimus. Quæ tractamus, impenetrabilia inveniuntur, & inde concludimus impenetrabilitatem esse proprietatem corporum universorum. Corpora omnia mobilia esse, & viribus quibusdam (quas vires inertiæ vocamus) perseverare in motu vel quiete, ex hisce corporum visorum proprietatibus colligimus. Extensio, durities, impenetrabilitas, mobilitas & vis inertiæ totius oritur ab extensione, duritie, impenetrabilitate, mobilitate & viribus inertiæ partium: & inde concludimus omnes omnium corporum partes minimas extendi & duras esse & impenetrabiles & mobiles & viribus inertiæ præditas. Et hoc est fundamentum philosophiæ totius. Porro corporum partes divisas & sibi mutuo contiguas ab invicem separari posse, ex phænomenis novimus, & partes indivisas in partes minores ratione distingui posse ex mathematica certum est. Utrum vero partes illæ distinctæ & nondum divisæ per vires naturæ dividi & ab invicem separari possint, incertum est. At si vel unico constaret experimento quod particula aliqua indivisa, frangendo corpus durum & solidum, divisionem pateretur: concluderemus vi hujus regulæ, quod non solum partes divisæ separabiles essent, sed etiam quod indivisæ in infinitum dividi possent.
Denique si corpora omnia in circuitu terræ gravia esse in terram, idque pro quantitate materiæ in singulis, & lunam gravem esse in terram pro quantitate materiæ sua, & vicissim mare nostrum grave esse in lunam, & planetas omnes graves esse in se mutuo, & cometarum similem esse gravitatem in solem, per experimenta & observationes astronomicas universaliter constet: dicendum erit per hanc regulam quod corpora omnia in se mutuo gravitant. Nam & fortius erit argumentum ex phænomenis de gravitate universali, quam de corporum impenetrabilitate: de qua utique in corporibus coelestibus nullum experimentum, nullam prorsus observationem habemus. Attamen gravitatem corporibus essentialem esse minime affirmo. Per vim insitam intelligo solam vim inertiæ. Hæc immutabilis est. Gravitas recedendo a terra, diminuitur.
Regula IV
In philosophia experimentali, propositiones ex phænomenis per inductionem collectæ, non obstantibus contrariis hypothesibus, pro veris aut accurate aut quamproxime haberi debent, donec alia occurrerint phænomena, per quæ aut accuratiores reddantur aut exceptionibus obnoxiæ.
Hoc fieri debet ne argumentum inductionis tollatur per hypotheses.
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Neo-Latin
The Latin Library
The Classics Homepage


Galileo Galilei (1564-1642) Físico y astrónomo italiano.
Las matemáticas no mienten, lo que hay son muchos matemáticos mentirosos.
Situación de atonía. No veo grandes diferencias entre los préstamos de rio, las primarias, los empecinamientos del ministro de justicia, la educación para la ideología laicista, la soledad de Zapatero en los foros internacionales, el urgente viaje a Afganistán. Es verdad que Berlusconi podía evitar calificativos a las ministras españolas, es verdad que las centrales nucleares son tan peligrosas o tan seguras aquí como en Francia. Nosotros, Zapatero le compra la energía nuclear a a Sarkozy por si nos falta abastecimiento. No hay enormes diferencias entre agricultura y medio rural. Se aprecian cuando los agricultores del medio comprueban que gobierno tras gobierno se olvida el cuidado del granero, de la granja de la despensa propia. Piensan que es mejor lo de los demás o que como los demás son mejores y trabajan con nuevas tecnologías lo nuestro, nuestra agricultura puede languidecer. Pueden ofrecernos subsidios de no-trabajo para vivir año tras año de la juventud a la vejez.
Mientras la gente pasa viendo de lejos unas señales de peligro, uno se encarga de tranquilizarles. Te espera en casa la uno, la cinco, las tres, la cuatro. Y una nueva que dió entero el discurso de Benedicto XVI en la ONU, y su visita al socavón de las torres gemelas. Sí, pidió perdón por la pederastia, y pidió diplomacia paciente para conseguir la paz, y recordó que la fe y la razón caminan juntas, y que los cristianos están llamados a mostrar su fe en todos los ámbitos de la vida, también la política. Rogó un buen trato para los inmigrantes. Defendió los derechos humanos, la vida de los más inocentes que crecen en el seno materno. Y defendió la libertad, la búsqueda de la verdad. La responsabilidad con aquellos que carecen de lo necesario. El cuidado del medio ambiente y la naturaleza.
Por un tiempo la atonía se convierte en palabra clara y convincente. Una referencia para cuando insistan los planes alternativos de presión ideológica entre rojiza-verdusca-negroide.
lurdes mon soto

domingo, 6 de abril de 2008

Muerta (por homicidio colectivo), muerta decía, la Ética, viva la educación para la ciudadanía. En resumen, asesinada la Ética, ¡viva la educacion para la ciudadanía!

La ética es filosofía práctica. Su papel en la ESO era una oportunidad única para la mayoría de nuestros estudiantes de conocer las raíces del pensamiento moral. Han tenido la oprtudidad de reflexionar sobre temas y problemas de la vida cotidiana cuyas claves no entendemos, y queremos saber.Todos podían estudiarlo en 4º de ESO.

La ética de 4º de ESO es una materia teórico-práctica. No tiene sentido un estudio abstracto universalista y no conozco colegas que den así la materia. Si conozco ejemplos de acción concreta derivados del estudio de La declaración de los derechos humanos, de las desigualdades por barreras arquitectónicas, del respeto a las opiniones creando un ambiente respetuoso, del estudio como manifestación del derecho-deber trabajo. Y otros muchos ejemplos.

La ética de 4º se planteaba que significa ser libre, ser responsable, comprometerse. Y no eludía preguntas de máxima dificultad: si el bien y el mal dependen de cada cultura, si el bien significa algo.

Mis alumnos entendieron bien las palabras de un gran profesor de Metafísica, Leonardo Polo, el bien es aquello que nos hace mejores. Curso tras curso les ha interesado.Pasaron las modas agresivas y fueron viniendo otras. Entendían esas palabras, comentábamos. Comprendian que las agresiones a su cuerpo no tienen sentido.

¡Qué decir del mundo de la conciencia! ¡de la dignidad!

Les interesa. Les gusta lo profundo que da respuestas.

Alguién se lo ha vendido a la ciudadanía.

lurdes mon soto.
Profesora de Filosofía

miércoles, 19 de marzo de 2008

Semana Santa 2008, Palencia

Palencia sale a la calle vestida tal vez de procesión o de desfile, de vivencia familiar o de algo tan real como inexplicable.

La lluvia puede cambiarlo todo. No cabe un espacio cerrado.Todas las entradas están en la calle. Cualquiera puede ser o no ser, emocionarse, despreciar, sentir-con los demás.La lluvia no depende de nosotros.

Pasosobrasdeartebellezaexpresióndeamor. El artista emocionado expresa s dolor en el cuerpo roto de Cristo crucificado.Y su madre expresa la belleza de la mujer enamorada que no envejece -lo dijo Miguel Ángel-en su Pietá-





lunes, 17 de marzo de 2008

Ese nombre quiere dar el ministerio de sanidad a los fetos abortados. Después de sacrificarlos primero por compasión con las madres, después o antes por la libertad de las mujeres, por la igualdad, ¿respecto a qué? ahora se aprovechan los "restos" .Las supuestas razones y los motivos desaparecen . Crecen lon negocios producidos por los abortos. Un negocio peor que otros. Se trocean cuerpecitos, se axfisian. Se destruye la vida arrancandola de su medio, una mujer que siempre será la madre de ese hijo.

Mientras el presentador del informativo hace pucheros porque un osezno ha perdido los dientes de leche prematuramente, y porque el glaciar de la Patagonia ha perdido algunos centímetros de hielo.

El informativo de la 8 dice que los funcionarios de Justicia empiezan a tener problemas económicos. Los casos amontonados en las oficinas. Desconocemos qué hacen magistrados y fiscales.

sábado, 15 de marzo de 2008

Han pasado demasiadas cosas importante. Me resulta muy dificil elegir entre las caras de sorpresa de mis alumnos preguntando si sumar y restar es lo mismo, si ser amigos es lo mismo que no serlo, si como el abolicionismo que estudiaron ayer sucedió hace varios siglos ya no lo recuerdan. Por otra parte los aseos públicos son cada vez más escasos o cada vez más necesarios y posiblemente aumentará su necesidad en proporción directa con el crecimiento de los mayores. Es cierto que el Ayuntamiento ha hecho un pequeño esfuerzo en algunos parques de mayor densidad demográfica. Se precisan más. Y qué decir de la entrada de la biblioteca. Yo la considero el lugar mas importante de una ciudad o pueblo después de la iglesia. Es verdad que la dignidad la tienen los libros. Y también la casa de los libros y su acceso que sufre entre otras las consecuencias de las palomas, símbolos de la paz y sin embargo, animales, que yo sepa, no de compañía. Además restos de residuos variados. Me pregunto la relación entre la lectura y la conciencia ciudadana. Muchos analfabetos en educación para la ciudadanía( Peces-Marina Zapatero-etc) conocemos una normas intuitivas para respetar lo público urbano, el transporte, las instituciónes, etc. Luego tenemos que recibir lecciones de respeto a la diversidad de una chavala que no diferencia la puerta de la bibiloteca pública de su portal, acostumbrado a soportar las cáscaras que le echen.Y al lado de estas cosas, reducidas a anécdotas, aparecen en rojo de dolor los 5000euros que les cobra el Dr. Morin por aborto a embarazadas de 24 semanas. Con ese dinero se podía liberar la angustia de mujeres que no sabían como mantener a su niño.
Escribiré de cada tema. Son demasiadas impresiones fuertes. Ah, y que dice la Junta de Educación para la ciudadanía.
lurdes

jueves, 28 de febrero de 2008

Si fuese tu cirujano

Estoy esperando que me asignen un buen médico porque están en juego cosas muy importantes. Mi profesión, mi deporte preferido, mi economia familiar. Por qué no decirlo, mi buen humor.

En el pasillo, entre vestíbulo-sala de espera-, todos hablan de todo y sobre todos. Todos saben que el cirujano tiene que ser prudente y decidido.Tiene que aguantar porque sabe cuando empieza pero no cuando termina. Un cirujano ha de ser duro, muy duro. No valen sonrisitas, ni voces engoladas, ni creatividades alternativas emocionales.

El cirujano bien preparado, guapo o feo es indiferente. Qe sepa lo que hace y cómo porque la enferma sufre maltrato, es víctima de incompetencia, narcisismo y complejos.

El cirujano que sepa, que es mucho lo que le confiamos. Y mientras llaman al siguiente, el señor del bastón ,la gorra y los pantalones grises
reflexiona a viva voz. Elegir un cirujano es como elegir a un presidente.
Puestos a operarse, a quién prefieren, ¿Zapatero o Rajoy?

lunes, 18 de febrero de 2008

Me gusta ,me gusta.

Eso dice Nerea y lo confirma Vero. Les gustan las verdades del libro de ética. Es un libro que no es libro de texto. Está escrito para universitarios y para gente que estudia ética. Nos parecía imposible entenderlo, porque no es para nosotros y además no es un libro de texto. La profesora dice que es un libro de lectura obligatoria y que con un poco de esfuerzo se entiende. Vaya que si se entiende. DICE VERDADES COMO PUÑOS. Es un autor que no busca caer bien ni busca componendas. Lo que piensa lo dice. ¡Y cómo piensa! El dinero, el trabajo, el poder, el amor. La dignidad humana, la pena de muerte, el aborto. No se corta un pelo. Entra en el problema sin miedo. Así están las cosas. Esto es lo que se ve. Lo piensa, lo escribe, lo deja en un libro que se llama "La vida lograda". Alejandro Llano pensaba que los de 4º de ESO podrían entenderle. Podrían lograrlo con esfuerzo. Eso dicen Verónica y Nerea.

domingo, 17 de febrero de 2008

si fuese un puzle, ni en broma.

Esta mañana en cuestión de segundos he visto imágenes de muy dificil encaje. Todo en segundos, en el cruce de tres calles que se arreglaron en las recientes elecciones municipales. En la puerta de la iglesia dos mujeres rumanas sentadas sobre una pequeña caja piden limosna. El cestito es pequeño y está nuevo. Está para la ocasión. Piden porque no encuentran trabajo y no se van a su país porque allí ni encuentran trabajo ni tienen qué comer. Sus hijos les piden con la urgencia de los niños y el hambre de los adolescentes. Prefieren el riesgo de la ilegalidad. El hambre es peor que el ser sinpapeles. En el kiosko Sonsoles abraza a Zapatero, y las periodistas, incluyo lógicamente a la fotógrafa, vienen a decir que Zapatero es lo mejor que nos podía haber pasado. Deduzco que será por su defensa del amor, de la fidelidad, del matrimonio natural.
Sarcozy habla de amor a ritmos. Unión-separación-divorcio-otraunión. Sinceramente no es lo mismo. A mi me gustan presidentes con cualidades humanas y sobre todo buenos gobernantes. Si no encontramos uno que pueda lograrlo todo, pienso que es preferible que sea un buen gobernante. Quizás también aprenda a gabernarse a sí mismo . Si no sabe gobernar la sociedad es un desastre: ley contra decreto, jefes sin indios, sindicatos haciendonada, inversionesguardadas, juecesmirandoconlupa, gobiernosirritados porque cientos de miles de personas piden protección para la familia natural, tan normal como la de Sonsolesjoseliuslaurayalbayabuela.
Mujeres pidiendo limosna, la emotividad en el sobre del voto, la república en las revistas del corazón, Kosovo se independiza y el Gobierno Español no lo reconoce..............¿Hasta cuando?

jueves, 7 de febrero de 2008

El secreto de la enseñanza

Desde que tengo uso de razón he oído que las cosas van mal por falta de dinero. El problema puede ser variado. Que falta luz, que los horarios son inadecuados, que algunos profesores explican mal, que las clases teóricas son prácticas, que las prácticas son teóricas, que los niveles son muy altos, o muy bajos o demasiados desiguales o demasiado homogéneos. Que las chicas aprenden antes, que los profesores no pueden con los alumnos, que éstos les faltan al respeto, que los padres no saben si comprender a sus hijos o denunciar a los profesores, o darles clases de como tienen que dar las clases. Mientras cambian los sistemas y el lio se estructura en sistema educativo comprensivo donde lo diferente es igual aunque parezca distinto. Para que se cumpla el objetivo se liman las aristas en las aulas. El profesor diseña diversidades y adapta programas a las diferentes capacidades, intereses y particularidades. El profesor sabe que enseña pero dificilmente sabe lo que enseña. Abrumado por informes y resultados anteriores a la actividad camina por los pasillos esperando que termine la clase antes de empezar. ¿Es cuestión de dinero?





A pesar de esto me gusta la enseñanza y lucho para que mis alumnos aprendan. Esto es lo que me importa. Lo único que me importa. Muchos compañeros piensan lo mismo, aunque el ruido, como siempre, es más fuerte, que el esfuerzo en silencio.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Soria en la memoria
El nombre del blog es un recuerdo a Machado y a Soria. Ellos significan poemas, misterio, geografía de tierra áspera y vida de gente de altos llanos.
En Soria está enterrada Leonor. Los alumnos de preuniversitario visitábamos su tumba con el profesor de Literatura.. Algunos leyeron poemas y luego el profesor nos acompañó al olmo seco. En su mitad podrido.


Numancia. Era entonces un cerro frio urbanizado con piedras milenarias. Nosotros veíamos a los celtíberos buscando accesos para cazar, y apremiados por el cerco, imaginando lo imposible para sobrevivir. En Numancia las mujeres y los niños existen.Son una sombras auténticas, viven entre ruinas y lunas misteriosas. Los vemos en la calles, en las casas, nos duelen muriendo para no entregarse a los romanos. A esa Roma que no paga a traidores. A los traicionados que mueren para que Roma no disfrute la victoria.
En Soria conocí héroes de carne y hueso. Los numantinos, las gentes del alto llano que guardan a Dios como cristianas viejas, el Arturo que recorria kilómetros en biciclet a 10 bajo cero y con calores de desierto.La Mª Carmen y sus seis hermanos, que estudiaban en la cocina y sacaban dieces y fueron a la universidad y son médico, enfermera, arquitecto. Vitín poliomelítico, nadador, buen estudiante, buen amigo, Pili, madre de doce hijos, marido alcohólico y enfermo. Ella trabaja por horas, por docenas de horas.Los hijos mayores recogen a su padre del suelo y lo llevan a casa. Mientras los chicos del barrio curiosean desde los portales. Y las hermanas de Blas que a la vuelta de un pequeña gira por París abrieron la perfumería moderna. Una revolución en el concepto soriano de comercio.
Lo decía Machado, Soría ciudad castellana tan bella bajo la luna.