eTestimonios: Me pregunto c�mo han sido capaces mis padres de llevar esta enfermedad, y no hay otra respuesta que el gran amor que se tienen
Me emociona la decisión de tu padre: al darse cuenta de que perdía sus facultades confió su vida a Dios. ¡Que valor, que confianza! Últimamente me impresionan los niños abandonados tranquilamente, ajenos a cualquier inquietud, en los brazos de su madre, o en el cochecito para ellos inmenso. Recuerdo la Piedad de Miguel Ángel, ese amor fiel acogedor, destrozado por el dolor y fuerte, amor que salva. En la enfermedad de tu pedre veo la unión de la enfermedad con el dolor del enfermo y el de sus seres queridos. Es una amor que quema y duele. Y purifica. Y el beso no se cambia por nada porque es suyo, el de tu padre enfermo.
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