lunes, 21 de abril de 2008

Situación de atonía. No veo grandes diferencias entre los préstamos de rio, las primarias, los empecinamientos del ministro de justicia, la educación para la ideología laicista, la soledad de Zapatero en los foros internacionales, el urgente viaje a Afganistán. Es verdad que Berlusconi podía evitar calificativos a las ministras españolas, es verdad que las centrales nucleares son tan peligrosas o tan seguras aquí como en Francia. Nosotros, Zapatero le compra la energía nuclear a a Sarkozy por si nos falta abastecimiento. No hay enormes diferencias entre agricultura y medio rural. Se aprecian cuando los agricultores del medio comprueban que gobierno tras gobierno se olvida el cuidado del granero, de la granja de la despensa propia. Piensan que es mejor lo de los demás o que como los demás son mejores y trabajan con nuevas tecnologías lo nuestro, nuestra agricultura puede languidecer. Pueden ofrecernos subsidios de no-trabajo para vivir año tras año de la juventud a la vejez.
Mientras la gente pasa viendo de lejos unas señales de peligro, uno se encarga de tranquilizarles. Te espera en casa la uno, la cinco, las tres, la cuatro. Y una nueva que dió entero el discurso de Benedicto XVI en la ONU, y su visita al socavón de las torres gemelas. Sí, pidió perdón por la pederastia, y pidió diplomacia paciente para conseguir la paz, y recordó que la fe y la razón caminan juntas, y que los cristianos están llamados a mostrar su fe en todos los ámbitos de la vida, también la política. Rogó un buen trato para los inmigrantes. Defendió los derechos humanos, la vida de los más inocentes que crecen en el seno materno. Y defendió la libertad, la búsqueda de la verdad. La responsabilidad con aquellos que carecen de lo necesario. El cuidado del medio ambiente y la naturaleza.
Por un tiempo la atonía se convierte en palabra clara y convincente. Una referencia para cuando insistan los planes alternativos de presión ideológica entre rojiza-verdusca-negroide.
lurdes mon soto

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